lunes, 24 de febrero de 2014

HERMANA TERESITA RAMIREZ VARGAS - 25 AÑOS DE SU MUERTE









Hermana Teresita Ramírez Vargas
Febrero 28 de 1989

El 5 de agosto de 1987 había llegado a Cristales, para vincularse a este proyecto evangelizador, la Hermana Teresita Ramírez Vargas. Nacida en La Ceja (Antioquia), en 1947 en un medio campesino, fue la penúltima de 8 hermanos, e ingresó en 1964 a la Compañía de María, pronunciando sus votos solemnes, después de los años de formación, en diciembre de 1975. Su preparación académica la hizo en la Normal An­tioqueña de Señoritas, en Medellín y en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde obtuvo su Licenciatura en junio de 1987.
Teresita ejerció su acción evangelizadora en diferentes lugares, con preferencia entre los pobres: en el barrio Doce de Octubre de Medellín y en el barrio El Bosque de Ba­rranquilla, un poblado de invasión, donde estuvo alrededor de 8 años.
Llegó a Cristales con la actitud de quien quiere encarnar a Dios a través de la bondad, entre sus hermanos más pobres. Por eso su diario caminar contagiaba alegría, senci­llez, cercanía, compromiso. Su tarea proyectaba inquietud y actividad constantes para que fueran mejores las condiciones de vida; reflejaba entrega incondicional, desinte­resada. Varias veces en la semana, después de trabajar con los alumnos en clases, se desplazaban a las veredas para compartir la vida de los campesinos.
Con entereza y capacidad de sacrificio afrontaba gozosamente las dificultades, incle­mencias y circunstancias adversas de tiempos y lugares. Eran proverbiales su sencillez y solidaridad con los más pobres, su capacidad para escoger el último lugar, para aceptar la postergación y el pasar inadvertida.
En mayo de 1988 se preparaba en varias regiones del país, entre ellas el nordeste antioqueño, una marcha campesina. Sacerdotes y religiosas de la zona, después de hacer un cuidadoso discernimiento, decidieron hacerse presentes de alguna manera en apoyo a los campesinos. Si les habían hablado de justicia, de participación y de organización, no podían dejarlos solos en momentos tan críticos. Por su parte, los campesinos habían elaborado un pliego de reivindicaciones que eran de elemental justicia; pedían satisfacción a las necesidades más básicas de la región: agua, electri­cidad, educación, atención a la zona, y hasta el nombramiento de párrocos. Escogie­ron, como sitio de concentración, el municipio de Cisneros.
Varios sacerdotes y religiosas se dieron cita en Cisneros, atendieron a los campesinos afectados por la larga marcha, en especial a mujeres y niños; ejercieron mediaciones para conseguir aulas escolares donde los campesinos pudieran descansar, o para evi­tar atropellos o desbordamientos de violencia en momentos de alta tensión.
Teresita estuvo allí y ante la detención, en la estación de Sofía, de los organizadores de la marcha, se vio forzada a ejercer ciertas funciones, como dirigirse al Comandante para exigir respeto y buen trato para los participantes en la marcha, ya que no había porqué dar “bolillazos” o empujar, cuando todo se hacía de manera pacífica y se esta­ban haciendo demandas justas: servicios de agua, luz, educación, atención a la zona, y nombramiento de párrocos para los lugares que no los tenían.
Entre tanto el contingente militar llegó a Puerto Berrío para reprimir la marcha; un oficial alto y moreno identificó a Teresita por su nombre y su trabajo en Cristales. Otros oficiales del Ejército en traje de civil, entraron a tomar abundantes fotografías dentro de la escuela donde se alojaban los campesinos.
El Martirio
El 28 de febrero de 1989, la Compañía de María celebraba los 90 años de su presencia en Medellín. Para la ocasión se había preparado una celebración de familia. Las Hermanas de Cristales se desplazaron a Medellín para compartir ese momento de Acción de Gracias al Señor. Teresita regresó el lunes 27 para no dejar a los alumnos del Liceo sin clase.
En la mañana del 28 de febrero, llegó a Cristales un campero Toyota, último modelo, de placas LC8031, con cinco hombres jóvenes a bordo, vestidos de civil, quienes ingirieron algunas bebidas y preguntaron por el Párroco y la religiosa responsable de expedir las partidas de Bautismo. Ellos no se encontraban. Entonces tres se entraron al carro y dos se dirigieron al Liceo donde preguntaron por la Rectora. Ante la negativa, replicaron: “¿hay alguna de las Hermanas?”. Los condujeron entonces hasta el salón donde Teresita dictaba clase.
Teresita dialogó unos minutos con sus victimarios y éstos, al parecer, le pidieron que anotara algo. Ella entró un momento al salón para traer una hoja de papel y entre tanto los sicarios se colocaron, cada uno a un lado de la puerta del salón. Cuando ella volvió a cruzar la puerta, le dispararon a quemaropa. Eran las 11:20 am. En ese mismo momento, en Medellín, se llegaba al ofertorio de aquella Eucaristía que conme­moraba los 90 años de presencia de la Compañía allí.
Teresita fue llevada agonizante hacia el Hospital de San Roque, pero en el camino falleció.

TOMADO DEL LIBRO : AQUELLAS MUERTES QUE HICIERON RESPLANDECER LA VIDA , PAGINA 173

2 comentarios:

  1. Este Febrero, mes del AMOR EFICAZ, es un mes de mártires de nuestra querida IGLESIA POPULAR colombiana, tenemos que entender que los que mienten, odian y los que odian, matan. pero jamás podrán matar la esencia, esa semilla que se va sembrando va brotando y creciendo hasta alcanzar la verdadera vida y paz con dignidad tan anheladas por nuestro pueblo.

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